España durante el franquismo 1939/1975


Fundamentos ideológicos, sociales y políticos 

El nuevo régimen instaurado en 1939 tuvo desde un principio unos fundamentos ideológicos muy claros:
  • Concentración del poder político en Franco. La "adhesión inquebrantable" al Caudillo fue el elemento clave de todo el edificio político del franquismo.
  • Anticomunismo. Este factor fue clave desde el inicio de la guerra civil.  La guerra fría entre EEUU y la URSS dese 1945 hizo que el régimen franquista reforzara aún más este aspecto para ser aceptado en el mundo occidental.
  • Antiparlamentarismo y antiliberalismo. El franquismo siempre se mostró contrario a las libertades políticas.
  • Nacionalcatolicismo.  La Iglesia fue la gran legitimadora de la dictadura franquista. A cambio dominó la vida social y la educación. Una estricta moral católica en lo público y en lo privado se impuso en el país. 
  • Defensa de la "unidad de la Patria".  Negativa a cualquier autonomía política de las regiones y fomento del castellano como única lengua española. La prohibición de las otras lenguas peninsulares fue estricta en los primeros momentos para, posteriormente, evolucionar hacia una cierta tolerancia.
  • Tradicionalismo. La idea de España que defendió la dictadura se basó en raíces históricas a menudo adulteradas (La Reconquista, el Imperio, Defensa del Catolicismo) 
  • Militarismo.  Preponderancia social del estamento militar (desfiles, uniformes, himnos, bandera...) 
  • Rasgos fascistas: símbolos y uniformes, exaltación del Caudillo, violencia como medio político. Los aspectos externos más comprometedores (saludo fascista) fueron atenuados tras la derrota de Hitler y Mussolini en 1945.
Las bases sociales de la Dictadura

Franco asentó su nuevo régimen en:
  • La oligarquía terrateniente y financiera que recuperó su hegemonía social  y fue la gran beneficiaria de la política económica intervencionista del régimen 
  • Clases medias rurales del Norte y Castilla que estaban bajo una fuerte influencia de la religión católica.
La mayor parte de las clases medias urbanas y de las clases trabajadoras apenas respaldaron a la dictadura. En los primeros años de la dictadura, la represión sistemática, la miseria y la desmoralización tras la derrota impidieron que esa falta de apoyo se concretara en oposición al régimen.
La situación cambió en los años sesenta. El desarrollo económico hizo que el régimen contara con mayor consenso social entre las clases medias y trabajadoras, aunque al mismo tiempo la tímida liberalización del país propició el desarrollo de la oposición.

Las bases políticas del régimen

La dictadura basó sus sistema político en la estricta prohibición de los partidos políticos, unida a una brutal represión contra los que habían apoyado a la República. En 1937 se había establecido el partido único, la  FET de las JONS, que vino a denominarse el Movimiento Nacional.
Sin embargo, dentro del régimen, bajo una completa subordinación al Caudillo, hubo diferentes familias políticas, es decir, grupos con diversa sensibilidad política que trataron de influir en las decisiones tomadas por Franco:
Falangistas
La Falange no tenía nada que ver con el pequeño grupo fascista creado por Jose Antonio. Ahora los falangistas se hallaban integrados en el partido único bajo el liderazgo absoluto de Franco.
Su principal función fue el control de la vida social y económica del país a través de diversas instituciones del régimen: el Frente de Juventudes, la Sección Femenina, y la Organización Sindical.
La Falange jugó un rol importante en los primeros momentos de la dictadura. Tras la derrota de las potencias fascistas del Eje en 1945 pasó a tener un papel más secundario.
Militares
Los militares tuvieron prestigio y poder político, pero estuvieron completamente subordinados a Franco. Alguno de los más importantes colaboradores del dictador, como Carrero Blanco, fueron militares. 
Católicos
Muchos cuadros y dirigentes de la dictadura procedieron de instituciones religiosas como el Opus Dei.
Tras el Concilio Vaticano II  distanciamiento entre la dictadura y parte de la Iglesia 
Monárquicos
Tras el final de la guerra, los carlistas jugaron un papel secundario, desapareciendo como fuerza política relevante.
Pese a que Franco se negó a ceder la jefatura del estado a Don Juan de Borbón, hijo de Alfonso XIII y padre de Juan Carlos I, muchos monárquicos colaboraron con la dictadura, especialmente en los primeros años del régimen. 
En la práctica, todas estas familias tuvieron un papel secundario  Franco siempre impidió que alguien acaparara demasiado poder buscó un equilibrio que garantizara su poder omnímodo. 

La institucionalización del régimen: las leyes orgánicas

El dictador, que concentraba todo el poder, asumió la función constituyente. Poco a poco el régimen fue aprobando diversas Leyes Orgánicas, que configuraron lo que se vino a en llamar las Leyes Fundamentales del Movimiento:

Fuero del Trabajo, 1938 

Prohibición de los sindicatos libres. Siguiendo el modelo fascista, la  Organización Sindical se configuró como el sindicato único controlado por la Falange.

Ley Constitutiva de las Cortes, 1942 
Cortes elegidas por sufragio indirecto basado en diversas corporaciones:  la familia, el municipio, y el sindicato. En la práctica, eran unas elecciones totalmente amañadas y los representantes elegidos eran los que deseaba el régimen.

Fuero de los Españoles, 1945 
Teórica declaración de derechos y deberes impregnada de la mentalidad tradicionalista y católica. No supuso ningún reconocimiento real de derechos políticos o sociales.

Ley de Referéndum Nacional, 1945 
Esta ley permitía al Jefe del Estado convocar plebiscitos para que el pueblo, en un marco de ausencia de libertades, refrendara una ley.

Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado, 1946 
España fue declarada "reino" y Franco se reservó el poder de proponer su futuro sucesor. Esta ley constituyó una gran decepción para los monárquicos que soñaban con que Franco propiciara la vuelta al trono de los Borbones.

Hambre y represión de la posguerra

Los años cuarenta y hasta bien entrados los cincuenta fueron los "Años del hambre":
  • Racionamiento de los alimentos.
  • Extensión del mercado negro de todo tipo de productos. El "Estraperlo" se convirtió para muchos en el único medio para adquirir bienes necesarios y para unos pocos en la  forma de enriquecerse rápidamente. 
  • Corrupción generalizada. La vida social se basó en la  "recomendación", en tener contactos con los burócratas del régimen que facilitaran la dura vida de la época.
Represión

La Ley de Responsabilidades Políticas de 1939 fue la herramienta jurídica utilizada para la dura represión que llegó al final de la guerra. El número de prisioneros políticos fue tan grande que se tuvieron que habilitar campos de concentración a lo largo de todo el país. Las ejecuciones se contaron por decenas de miles.
La represión de la posguerra propició un clima de terror generalizado entre gran parte de la población. Especialmente en las ciudades, las zonas industriales y el sur del país. Este terror explica la debilidad de la oposición durante años.  

La Política Exterior 

La alianza con las potencias fascistas durante la Segunda Guerra Mundial
El 7 de abril, recién acabada la guerra, Franco hizo pública su adhesión al Pacto Antikomintern, el acuerdo anticomunista que asociaba a la Alemania nazi, la Italia fascista y Japón.
En octubre de 1940, tras la invasión nazi de Francia, tuvo lugar la entrevista entre Franco y Hitler que a punto estuvo de meter a nuestro país en el conflicto mundial. Finalmente no fue así. Hitler no aceptó las ambiciosas pretensiones de Franco sobre el Marruecos francés y la incorporación a la guerra de un país exhausto no era de gran interés para el Eje. Sin embargo, para mostrar su apoyo a las potencias fascistas, España envío a la División Azul a luchar junto a las tropas nazis en el frente ruso.
Las derrotas del Eje hicieron que, a partir de 1942Franco comenzara un cauteloso giro en su política internacional buscando la conciliación con los países aliados. La destitución de su cuñado Serrano Súñer, excesivamente germanófilo para los nuevos tiempos muestra este cambio de actitud.
El aislamiento internacional y los cambios dentro del régimen
En 1946 la Asamblea General de las Naciones Unidas votó contra el ingreso de España. La dictadura de Franco era considerada aliada de las potencias fascistas recién derrotadas.
A esta condena internacional siguieron años de aislamiento económico y político, aunque  EEUU trataba de no romper completamente con un régimen que podía ser su aliado en la recién iniciada guerra fría. Pese a ello, España no recibió ninguna ayuda del Plan Marshall, ni fue admitida en la OTAN.
Mientras la dictadura trató de lavar su imagen internacional, reduciendo el protagonismo de los falangistas y de todos los símbolos (saludo fascista...) que recordaran a las potencias del Eje. Paralelamente, los católicos obtenían mayor presencia en la dictadura. El apoyo de la Santa Sede era esencial para salir del aislamiento internacional.

El fin del aislamiento: el acuerdo con los EE.UU

Se puede afirmar que el inicio de la guerra fría salvó al régimen de Franco. La hostilidad hacia la URSS provocó un  giro en la posición internacional norteamericana. En el interior eran los tiempos de la histeria anticomunista propiciada por el senador  McCarthy.
En 1950, la ONU, a instancias de EEUU, recomendó el fin del aislamiento diplomático de España. En 1953 se firmaron los Acuerdos bilaterales con los Estados Unidos, que permitieron la instalación de bases militares norteamericanas en España en Torrejón de Ardoz, Zaragoza, Morón y Rota. A cambio España recibió una ayuda económica norteamericana no comparable a la que recibieron otros países europeos con el Plan Marshall. También en 1953 se firmó el Concordato entre España y la Santa Sede.
Finalmente, gracias al apoyo norteamericano, España ingreso en la ONU EN 1955.

El exilio tras la guerra civil

Denominamos exilio a la salida forzada de un país por razones políticas. España desgraciadamente es un país de grandes exilios (Judíos en 1492, Moriscos en 1609, Afrancesados en 1814…) El exilio republicano provocado por la guerra civil fue el mayor de nuestra historia. 
Iniciada ya durante la guerra (En torno a 30.000 "niños de la guerra" enviados desde la zona norte a Francia, GB, Bélgica o la URSS), tuvo su apogeo en la huida a Francia de más de 500.000 personas (más del 2% del país) tras la ocupación de Cataluña por el ejército de Franco. Otros 15.000 consiguieron huir a Argelia desde los puertos del Levante español. 
En los meses subsiguientes, más de 300.000 retornaron y tuvieron que sufrir las represalias del régimen franquista. El resto del exilio vivió en general una vida muy azarosa. Algunos se enrolaron en la Legión Francesa y lucharon contra el Eje durante la fase final de la guerra, otros fueron atrapados en Francia por la invasión nazi y fueron enviados a campos de concentración (Mauthausen), otros llegaron a la URSS y vivieron las penalidades de la dictadura de Stalin y la segunda guerra mundial, otros, los más afortunados, llegaron a México donde constituyeron una poderosa e influyente colonia española. La mayoría permaneció en Francia, algunos fueron volviendo al país según se fue aminorando la represión del régimen, otros permanecieron en el país vecino y echaron raíces allí. 
El problema de este exilio no solo fue el drama humano de centenares de miles de personas, también fue la pérdida para el país de una parte muy importante de sus intelectuales. Rafael Alberti. Manuel Altolaguirre Francisco Ayala, Pau Casals, Rosa Chacel, Luis Cernuda, Jorge Guillén, Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas Claudio Sánchez Albornoz, Ramón J. Sender, María Zambrano... Al estudiar los personajes más destacados de la literatura, la ciencia histórica, la música, la filosofía de este período, podemos ver que muchos de los más destacados intelectuales del país se vieron forzados a vivir fuera de España. Algo similar ocurrió con la ciencia, el premio Nobel Severo Ochoa fue otro de los miles de exiliados que perdió nuestro país.